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¿EN QUÉ ESTÁS PENSANDO?

¿EN QUÉ ESTÁS PENSANDO?


Hay mentes de toda clase: perezosas y activas, sucias y limpias, enfermas y sanas, negativas y positivas... La mente es el motor que mueve el ser entero. Cerrada, se vuelve incapaz para el progreso. Pero cuando es positiva, brota el éxito de la vida, Veamos los siguientes ejemplos:
  • Cuando se inventó la locomotora, muchos advirtieron seriamente que viajar a 50 kilómetros por hora produciría asfixia.
  • Cuando se inventó la lámpara eléctrica, una comisión especial del parlamento norteamericano concluyó que tal invento "no era digno de atención para los hombres prácticos o científicos".
  • Cuando los hermanos Wright estaban haciendo los primeros ensayos con su "máquina de volar", el padre de ellos y varios científicos eminentes de la época "probaron" que el hombre nunca podría volar.
  • Cuando se trabajaba para realizar los primeros viajes espaciales, muchos expertos creyeron que eso sería imposible. Un astrónomo de la década de 1950 hizo este comentario terminante: "Los viajes espaciales son un total disparate".
Sin embargo, aun el ferrocarril más veloz de nuestros días no ha producido la asfixia de nadie; el invento de Edison de la lámpara eléctrica fue un gran progreso para el mundo; los aviones vuelan y unen las ciudades de todos los continentes; y los vuelos espaciales y los satélites artificiales nos siguen asombrando con sus complejas realizaciones.
Lo que parecía imposible llegó a ser una maravillosa realidad. ¿De qué manera? Simplemente porque detrás de estos inventos hubo mentes positivas, que probaron e insistieron. Optimistas de espíritu que, tras numerosos fracasos, finalmente llegaron a concretar sus sueños. Hombres y mujeres que, solos o acompañados, lograron lo que su optimismo les dictaba.
De qué signo son habitualmente tus ideas, tus pensamientos y tus actitudes? Solo las personas de mente positiva se abren paso a triunfar.

Thomas Alva Edison (1847 - 1931)


Fue un político inventor estadounidense que patentó más de mil inventos y contribuyó notablemente al desarrollo del mundo moderno. Tal vez, su invento más famoso es la lámpara eléctrica, pero sus inventos revolucionaron varias áreas tecnológicas.
Las biografías de Edison cuentan que a los ocho años regresó de la escuela llorando, porque allí le habían dicho que era un mal alumno. A los doce años vendía diarios en el tren que iba desde Port Huron a Detroit. Lo que quizá los pasajeros no sabían era que esos periódicos eran impresos por el mismo niño que los vendía, que en un vagón del tren tenia una pequeña prensa que él mismo había inventado.
Si se hace un promedio de los días de su vida adulta con sus inventos patentados, el resultado es este: un invento cada quince días.

IDEAS ERRÓNEAS


La mente negativa está presente en todas partes: en el hogar, en la escuela, en la iglesia, en el ambiente laboral... La mente negativa vuelve difícil la convivencia y entorpece la productividad. ¡Cuántos talleres, empresas y oficinas han cerrado sus puertas debido al pesimismo de sus dirigentes o patrones! (También es cierto que un optimismo descontrolado ha provocado fracasos semejantes).
Notemos, por ejemplo, algunas de las frases típicas que suelen utilizar los pesimistas en sus respectivos sitios de trabajo:
  1. "Ya intentamos antes algo parecido y no dio resultado".
  2. "El método actual es bueno; ¿para qué correr riesgos innecesarios?"
  3. "No tenemos recursos ni personal para intentar ese cambio".
  4. "Esa idea no encuadra dentro de nuestra verdadera necesidad".
  5. "En teoría la idea parece buena, pero en la práctica creo que no funcionará".
  6. "El cambio que se propone traerá muchos inconvenientes".
  7. "Dejémoslo para más adelante".
  8. "Seamos realistas. Es una idea demasiado ambiciosa".
  9. "La idea no parece mala. Pero, ¿y si falla?".
  10. "Eso quizá funcione en otros países. No nos entusiasmemos con ideas extranjeras".
Estas objeciones, y muchísimas otras de corte semejante, pueden parecer razonables. Pero cuando son presentadas siempre por la misma persona, es evidente que obedecen a una mente negativa, que se niega a probar nuevas ideas laborales. Tal vez por temor, o por comodidad, la persona insistirá con los métodos de ayer, y se opondrá a una renovación saludable.
Y esto que decimos sobre las ideas de trabajo, se aplica también a cualquier otro ámbito de la vida. Aun detrás de su buena intención, el pesimista puede estar sembrando el germen de la derrota o del estancamiento.

ACTITUDES POSITIVAS


Un destacado médico había perdido sus dos piernas en el frente de batalla de la Segunda Guerra Mundial. Aparentemente, su vida útil estaba terminada. Pero con su fe puesta en Dios, se dijo a sí mismo: "No me dejaré vencer". Y gracias a su admirable valor, durante una década entera este médico cristiano siguió ejerciendo su profesión. Cada paciente que lo consultaba, salia fortalecido del consultorio y estimulado en la búsqueda de la salud. Al ver al médico sin piernas en su silla de ruedas, se reanimaba el espíritu del paciente.
Con semejante desgracia en su vida, este médico podría haber esperado la compasión de los demás. O podría haber tenido compasión de sí mismo. Pero reemplazó la autocompasión por una actitud valiente y positiva. En su lugar, otra persona habría caído en depresión y pesimismo, anulado así su valioso servicio profesional.
El ejemplo de este médico revela que aun en medio del dolor y la limitación física se pueden conservar las ganas de vivir y de servir. No es fácil, pero es posible, si se adopta un actitud mental adecuada. Esto explica por qué hay personas físicamente enfermas con el ánimo sano, mientras que hay otras que tienen el cuerpo sano pero con su ánimo enfermo. Sino, lean el siguiente caso.
Convencida de que sus problemas no tenían solución, una muchacha danesa se arrojó a las frías aguas de uno de los lagos de su país. Rabia entrado en tal grado de pesimismo y depresión que llegó a pensar que el suicidio era el mejor modo de terminar con sus dificultades.
Pero un joven la vio desde la ventana de su casa. Y tan rápido como pudo, el muchacho llegó a la orilla del lago, se introdujo en él hasta donde le fue posible, y desde allí comenzó a hablarle suavemente a la desesperada muchacha. Su palabra fue tan persuasiva que disuadió a la señorita de acabar con su vida.
Lo más destacable del relato es que el valiente joven salvador era inválido. Mientras se sostenía con su muleta dentro del agua, le dijo a la muchacha: "Tú estás desesperada, y eres sana y hermosa. Y yo tengo ánimo a pesar de mi invalidez. Sal del agua y sigue viviendo".
¿Cómo está hoy tu ánimo? Si te sientes con entusiasmo y optimismo, te irá bien en tus realizaciones. Pero si tu espíritu se encuentra caído, con la chispa de la vida algo apagada, reflexiona en las palabras de esta poesía:

MANTÉN TU FUEGO ARDIENDO

La senda se va haciendo
impenetrable,
es un velo de sombras el camino;
a tientas va el viajero persiguiendo
la ilusión que se fue y que ya no
vino...

¡Mantén tu fuego ardiendo!
No te asuste la noche, la mañana
vestirá luminosa su alegría;
pero en tanto la luz va
esclareciendo,
¡mantén tu fuego ardiendo!

Mantén tu fuego ardiendo...
Defiéndelo del viento, ¡te lo apaga!
Cúbrelo de la lluvia, ¡te lo ahoga!
Y mientras cuesta arriba vas
subiendo
o cuesta abajo ya vas descendiendo,
¡mantén, siempre mantén tu fuego
ardiendo!

Francisco E. Estrello

NUNCA ES TARDE


El jinete japonés Hiroshi Hoketsu, se clasificó para los Juegos Olímpicos de Londres 2012. Eso no sería nada extraordinario a no ser porque este deportista para ese entonces tenia... ¡70 años! Hoketsu vive en Alemania y se convirtió en el atleta olímpico japonés más anciano cuando compitió en Beijing 2008, a los 67 años.
"Su perseverancia y su actitud son admirables", destaca como cualidades el alemán Ton de Ridder, su entrenador. Sin embargo, el atleta olímpico más viejo en la historia es el tirador sueco Oscar Swahn, quien ganó una medalla de plata en Amberes 1920 a los 72 años.

MÁS ALLÁ DE LAS EXCUSAS


Cuando alguien abriga pensamientos y sentimientos negativos, que lo hunden en el pesimismo, es frecuente que busque motivos o excusas para justificar su estado anímico.
  • "No puedo competir exitosamente con mis colegas, y eso me deprime".
  • "Yo pertenezco a una familia pobre, y siempre me ha faltado el respaldo económico para emprender las cosas".
  • "No ando bien de salud".
  • "Desde que he fracasado en algunos negocios, he perdido el optimismo y las ganas de luchar".
  • "Mis mejores amigos no me apoyan".
Y así podrían seguir los comentarios de esta especie, que son más bien formas de autoengaño, o meros intentos por obtener la comprensión de los demás. En lugar de lamentarnos negativamente por lo que nos falta, y buscar una vana explicación para ello, ¿no será mucho mejor disfrutar de lo que tenemos, aunque se trate apenas de los bienes más elementales? Así lo aconsejaba San Pablo: "Así que, teniendo sustento y abrigo, estemos contentos con esto" (1 Timoteo 6:8). Y hablando acerca de sí mismo, el apóstol dijo: "He aprendido a contentarme cualquiera que sea mi situación" (Filipenses 4:12). ¡Qué espíritu de sabia conformidad!
Con semejante actitud, el pesimismo no entraba en la vida de Pablo. En su mente no cabían los motivos ni las excusas para mantener algún pensamiento negativo. Su corazón sólo palpitaba de gozo, con convicciones siempre positivas y alentadoras. ¡Cuánto bien hace tener un poco más de esta mentalidad! Contentos, en lugar de apesadumbrados; positivos, y no negativos; optimistas constructivos, en vez de pesimistas inactivos.
Siempre existe un pequeño rayo de luz para disipar la posible oscuridad que quiera posarse sobre nuestro corazón. ¿Lo recordarás?

MENTE NUEVA, VIDA NUEVA


El investigador Paul Pietsch demostró que la actividad física está bajo el control directo del cerebro. Para ello, Pietsch le extrajo el cerebro a una salamandra, un pequeño animal que normalmente se alimenta de lombrices y otros invertebrados. Y en su lugar trasplantó el cerebro de una pequeña "rana leopardo", un animalito que se alimenta de vegetales. Tras la operación, la salamandra sobrevivió, y desde entonces rehusó comer lombrices. Solo comió vegetales que suele comer la rana leopardo.
Este singular experimento demuestra -por extensión- que el cerebro, o la mente, rige los hábitos y la conducta de una persona. Ya desde antaño, el sabio Salomón afirmó que somos lo que pensamos (Proverbios 23:7). Si nuestra mente alberga sentimientos de tristeza, de egoísmo y de maldad, así será también nuestro comportamiento. Pero si somos mentalmente alegres, optimistas y positivos, nuestra conducta será también de esa índole.
¡Cuánta importancia tiene entonces el control de nuestros pensamientos! No da lo mismo pensar en algo sucio que en algo puro, en algo deprimente que en algo estimulante... Y tampoco da lo mismo pensar en nada que tener la mente ocupada con pensamientos constructivos. La mente hueca y vacía produce seres huecos y vacíos. La mente llena de Dios y de fe en él ennoblece el carácter y eleva el espíritu... La verdadera felicidad tiene que ver con la actitud íntima de la mente. Allí libramos la gran batalla, donde obtenemos triunfos o sufrimos derrotas...
Una mente renovada y positiva constituye el mayor capital de la vida. De ahí el consejo bíblico: "Renovaos en el espíritu de vuestra mente" (Efesios 4:23). Y esto es posible mediante la acción de Dios, el Creador de nuestra mente. Si se lo pedimos, él puede reorientar y enriquecer nuestros pensamientos, para darnos una mente positiva y optimista. Disfruta de esta experiencia: "mente nueva, vida nueva".

LOS MEJORES PENSAMIENTOS


El consejo de San Pablo: "Todo lo que es verdadero, todo lo honorable, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad" (Filipenses 4:8). De nuevo, la Santa Biblia insiste en la calidad de nuestros pensamientos.
¿Te parece fácil seguir este sabio consejo? Ciertamente no. Pero existen formas de comportamiento que pueden ayudarnos a mantener una mente limpia, fuerte y positiva. Veamos algunas de estas formas:
  1. La buena lectura, que nutre la mente
  2. Una lectura positiva es la que no degrada ni enferma la imaginación. Y que, por el contrario, mueve a la corrección y a los ideales elevados. Las sanas lecturas desplazan los malos pensamientos. Las lecturas constructivas modelan el carácter y estimulan el optimismo.
    ¡Cuánta página inútil y sucia anda dando vueltas por ahí, contaminando la mente y los hábitos del lector! Pero nadie está obligado a consumir este material. Tu y yo podemos leer páginas que den salud a nuestra mente y a nuestros sentimientos. Esto exigirá buen criterio para elegir lo edificante y desechar lo inservible.

  3. Las imágenes correctas, que no ensucian el cerebro
  4. Lo que vemos es altamente decisivo para la construcción de la personalidad. Toda imagen encierra un mensaje.
    Suele afirmarse que "una sola imagen vale más que mil palabras". Mientras que una figura negativa puede sembrar cizaña en la mente, una imagen positiva bien lograda puede encender el pensamiento más elevador. Con razón San Pablo instaba a concentrar el pensamiento en lo que tuviera virtud, y fuera digno de alabanza. Imágenes con este noble contenido son las que guían la mente hacia la pureza, la corrección y el optimismo.

  5. Las sanas relaciones, que mejoran los sentimientos
  6. Así como un mal amigo puede ejercer una influencia perjudicial, una buena amistad siempre influye constructivamente. ¡Cuán necesario es elegir con inteligencia las relaciones que cultivemos con los demás! Al lado de un buen amigo crecemos y mejoramos interiormente. Nuestros sentimientos se enriquecen, y despunta el optimismo de la vida.
    ¿Un consejo? Evita a quienes puedan contagiarte con su modalidad negativa, y conserva una relación estable con los de mente positiva y optimista.

  7. La disciplina mental, que eleva el espíritu
  8. Esta capacidad de control mental ha salvado a muchas personas del abatimiento y del pesimismo. Por lo tanto, cuando advirtamos que nos quiera dominar alguna forma de melancolía o depresión, veamos la luz roja del peligro, y pongamos a funcionar la disciplina mental. Será el mejor modo de evitar que los malos pensamientos anden en nuestro cerebro.
    Cada vez que acuda a tu mente un pensamiento negativo, véncelo con otro positivo. Es imposible alojar en una misma mente, al mismo tiempo, dos pensamientos opuestos entre sí. En tal sentido, ¡cuán valiosa es la oración que podamos elevar a Dios, para que aumente nuestra disciplina mental y nos conserve con la salud emocional de la pureza y el optimismo! Tal fue el deseo del salmista David, cuando oró: "Examíname, oh Dios, y conoce mis pensamientos. Y ve si hay en mí camino de perversidad, y guíame en el camino eterno" (Salmo 139:23, 24).

¡Doble!

El poder del pensamiento positivo quedó demostrado, una vez más, en este experimento llevado a cabo en una universidad estadounidense. Con el objetivo de que los estudiantes mejoraran sus lanzamientos al aro de básquet, se los dividió en tres grupos:
Al grupo 1 se le pidió que practicara diariamente lanzamientos en el gimnasio, 20 minutos durante un mes.
Al grupo 2 se le pidió que practicara  lanzamientos durante 20 minutos diario, y por un mes, pero en su imaginación (desde luego, tenían que imaginar que cada vez que tiraban el lanzamiento era perfecto).
Al grupo 3 se le pidió que por un mes no practicara lanzamientos.
¿Qué sucedió? El grupo 1 mejoró sus lanzamientos un 24 %. Y, el grupo 2, un 23 %. El grupo 3 no mejoró sus lanzamientos. Al pensar en forma positiva, estos deportistas obtuvieron buenos resultados.

NECESITABA CAMBIAR

Eran dos amigos entrañables. Por razones de trabajo, uno de ellos había permanecido durante diez años fuera del país. Y cuando se reencontraron, la alegría de ambos fue inmensa. No encontraban palabras para expresarla... Pero luego del prolongado saludo, el amigo que había permanecido en el país le dijo al recién llegado:
-¡Qué bien te encuentro! ¡Te ves diferente, a comparación de aquellos años! ¿Es así, o mi vista me engaña?
-¡No, es verdad! He cambiado en el modo de encarar la vida. Ya no soy el pesimista de antes. Ahora me siento contento, con otro ánimo...
-Sí, se nota. Te felicito... Pero ¿qué has hecho para cambiar así? ¿Alguien te ha enseñado alguna fórmula especial?
-Básicamente, he cambiado en mi forma de pensar. Y con una mente diferente, mis actitudes y mi modo de ser también son diferentes.
-Me gustaría saber cómo lograste esa transformación. Porque yo también necesitaría un cambio así en mi vida.
Y tras este dialogo inicial, los dos amigos siguieron hablando del mismo tema cada vez que se veían. El que había sido transformado, le contó al otro cómo Dios había obrado en su vida, y cómo le había cambiado el corazón. Hasta que un día le dijo a su amigo: "Si de veras quisieras cambiar y ser feliz, con una mente renovada y optimista, pide la ayuda de Dios, y él te la dará. Ora con fe, y verás los resultados". Y a continuación, oró allí mismo en favor de su amigo. Esta fue su sentida oración:
"Padre nuestro, gracias porque tú nos escuchas y contestas. Por favor, cambia la vida de mi amigo, como cambiaste la mía. Renueva sus pensamientos, y llena de fe su corazón".
Y ese simple ruego indujo al amigo a colocarse con fe bajo la conducción transformadora de Dios. Nació un nuevo día para él. Nació Cristo en su corazón. Nació un nuevo optimista en el mundo.
La vida renovada de este hombre muestra lo que puede experimentar toda otra persona, cuando Dios le cambia la mente y el curso de sus pensamientos.
¿Necesitas sentirte con mejor ánimo, con mayor alegría y con más fortaleza espiritual? Permite entonces que Dios cambie el signo de tus pensamientos. Y con este cambio mental, cambiarán también tu voluntad y todo tu ser

Buscando la felicidad (en el lugar equivocado)

Una persona que piensa de manera positiva no sentirá la necesidad de esforzarse por mejorar su vida y su entorno. En su libro The Loss Sadness (La pérdida de la tristeza) Allan Horwitz y Jerome Wakefield, alertan sobre la tendencia a diagnosticar cualquier tristeza anímica como depresión y a medicar como trastornos depresivos a situaciones de pena normal causadas por la pérdida de una relación, un trabajo o un problema de salud.
El consumo de medicamentos antidepresivos es muy alto en todo el mundo.
  • En los Estados Unidos, el 10% de la población toma antidepresivos para superar pequeños malestares.
  • En los países de Latinoamérica, los medicamentos para el sistema nervioso (entre los que se incluyen antidepresivos y ansiolíticos) encabezan las ventas de la industria farmacéutica, con facturaciones millonarias.

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