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Kilos de más: Obesidad infantil

Kilos de más: Obesidad infantil


Los especialistas están alarmados: la obesidad infantil está aumentando tan rápidamente que podría ser caracterizada como una epidemia mundial. En los Estados Unidos, el crecimiento de la obesidad infantojuvenil en los últimos veinte años fue de un 66%; en el Brasil, en esos mismos veinte años, fue del 39%. El IBGE (Instituto Brasileño de Geografía y Estadística) divulgó, en 2004, los resultados sorprendentes de la realidad brasileña en el periodo 2002-2003: La incidencia de obesidad ya supera a la de la desnutrición. En las regiones del sur y del Sudeste del Brasil, por cada niño desnutrido existen nueve niños obesos.
Lamentablemente, un gran número de niños, jovencitos, adolescentes y adultos que están siendo victimas de la obesidad no son conscientes de las artimañas alimentarias que gobiernan su diario vivir. Cuando notan su aumento de peso, en la ansiedad de volver a las formas elegantes, caen en otras artimañas: dietas que están de moda o planes de pérdida de peso. Sin embargo, la verdad es que ese camino está completamente equivocado. Cerca del 90% de los practicantes de dietas readquieren el peso perdido (y, la mayoría de las veces, un poco más) en un plazo de un año. "La única manera segura de perder peso, de forma saludable y definitiva, lo es efectuando cambios duraderos en el estilo de vida y con propósitos inquebrantables".
¡Cuántos peligros que rodean a nuestros hijos! Ellos están siendo afectados por una epidemia delante de nuestros ojos. Varias de las consecuencias de esta epidemia podrían ser fatales. Analiza la lista que está a continuación.

Peligros que trae la obesidad

  • Hiperlipemia (alteraciones en las fracciones lipídicas de la sangre, como el colesterol elevado, triglicéridos altos, etc.) y sus consecuencias (diabetes tipo 2 y enfermedades cardiovasculares).
  • Hipertensión y sus consecuencias (derrames, enfermedades cardiovasculares, diabetes tipo 2, etc.). Los niños obesos corren un riesgo mucho más grande de tornarse hipertensos que los no obesos.
  • Intolerancia a la glucosa (favoreciendo la llegada de la diabetes tipo 2).
  • Apnea del sueño, pudiendo causar problemas neurocognitivos.
  • Diferentes problemas óseos (artrosis, enfermedades de la columna vertebral,etc.).
  • Los niños obesos corren el grave riesgo de convertirse en adultos obesos.
  • Efectos sociales y psicológicos indeseables.
  • Ciertos tumores son más frecuentes en los obesos, como los de mama y útero.
  • Piedras en la vesícula.
Los problemas de salud que acaban de ser señalados eran, anteriormente, mucho más evidentes en los adultos. Sin embargo, en la actualidad, frecuentemente se los encuentra en los jóvenes, los adolescente y los niños. El tiempo de duración de la obesidad está directamente relacionado con las enfermedades; esto quiere decir que, cuanto mayor fuere el tiempo vivido en estado obeso, mayor será el riesgo. En algunas ciudades brasileñas, y en muchos países, más del 30% de los niños y los adolescentes ya están teniendo sobrepeso, o son obesos.

Verifica los riesgos que estás corriendo

La ciencia utiliza medidas para verificar los grupos de riesgo en la población. Para certificar cómo te clasificarías tú, procura analizarte a ti mismo, basándote en los parámetros científicos que están a continuación:
IMC (Índice de Masa Corporal): el valor de la masa corporal en cada persona puede verificarse usando la siguiente fórmula:
Una vez encontrado el valor del IMC, este deberá compararse con la siguiente tabla:

Observaciones: Las personas con el IMC por encima de 25 entran en el grupo de riesgo para las enfermedades relacionadas al exceso de peso. Este riesgo aumenta de acuerdo a cómo vaya aumentando el IMC.  Las instrucciones de este artículo pueden ayudar a disminuirlo.
Circunferencia de cintura: Usa una cinta métrica para medir tu cintura en la altura de la cicatriz umbilical. Si tu cintura midiere más de 80 cm. (para las mujeres) y 95 cm. (para los hombres), tú estás en el grupo de riesgo; este riesgo también aumenta de acuerdo a cómo vaya aumentando la circunferencia de la cintura, a veces más allá de los niveles seguros. Las prácticas indicadas en este artículo podrán ayudarte a disminuir la circunferencia de la cintura.
Otros riesgos: Colesterol por encima de lo normal; triglicéridos por encima de lo normal; presión arterial elevada; falta de ejercicios físicos. Procura seguir el estilo de vida saludable que está indicado en este blog.

Causas de la obesidad en general

  • Aumento del consumo de alimentos que concentran calorías (frituras, carnes grasas, embutidos, alimentos ricos en margarina, manteca, crema de leche, aceite, azúcar y harinas refinadas).
  • Consumo abundante de sal. He aquí algunos ejemplos de en dónde la sal o el sodio se esconden: bicarbonato de sodio, levadura en polvo, monoglutamato de sodio y los alimentos que lo contienen, saladitos, picles, ketchup, salsa de soja, salsa italiana, condimentos listos, alimentos procesados (algunos budines de chocolate pueden tener más sodio que las papas fritas), legumbres enlatadas, productos de pastelería, carnes, productos lácteos, cereales previamente endulzados.
  • El exceso de sodio puede "fijar" el agua en los tejidos, aumentando el peso. La sal, o el sodio, está presente en varios alimentos. Lo ideal sería que solamente consumiéramos de tres a cinco grames de sal por día (cinco gramos equivalen a una cucharada de té), distribuidos en los varios alimentos a lo largo del día. La mayoría de las sociedades occidentales ingiere mucha más sal que la dosis considerada ideal.
  • Poco, o ningún, consumo de verduras, legumbres y frutas.
    Observaciones: Una dieta con predominio de vegetales tiene un efecto adelgazante.
  • Abandono de la práctica de actividades físicas, tales como juegos con movimientos en el jardín o en el fondo de la casa, con bicicletas o con un perro (los transportes escolares y los automóviles evitan que los niños caminen hasta la escuela, y de regreso a la casa), todo ha sido sustituido por juegos en la computadora o juegos de vídeo. Las vacaciones en el campo, o en algunas ciudades del interior son, frecuentemente, cambiadas por paseos mucho más sedentarios.
  • Atracciones en los juegos de vídeo, en la televisión o en la computadora están cautivando a las personas en detrimento de los deportes  de movimiento y los ejercicios físicos.
  • Los alimentos ofrecidos en la mayoría de los comedores escolares, especialmente en las escuelas particulares, son sumamente calóricos (llenos de grasas, azúcares y refinados). En general, se limitan a pizzas, panes de queso, croissants y galletitas rellenas.
  • Masivo y convincente marketing de los medios de comunicación, creando la inclinación hacia los alimentos calóricos y poco saludables.
  • Aumento de la costumbre de comer fuera de casa (centros comerciales, restaurantes, pastelerías).
  • Tamaño cada vez mayor de las porciones de alimentos comerciales. El ofrecimiento insinuante y provocativo de los comercios de alimentos ha incitado el aumento de la ingestión de calorías de la población en general. A partir de la década del '70, el tamaño de los alimentos ofrecidos en algunos establecimientos de los Estados Unidos aumentó en las siguientes proporciones: 224% para las carnes, 480% para los fideos y 700% para los chocolates.
    Por ejemplo: las papas fritas ofrecidas en el año 2001 eran tres veces mayores que las que se ofrecían a mediados de la década del '50. Las porciones de papas fritas, hamburguesas y gaseosas aumentaron de dos a cinco veces más de lo que eran originalmente. ¡Cuántos peligros introducidos en estos hechos! Las calorías que contiene una botella de gaseosa de un litro y medio equivale a aproximadamente la mitad de las calorías que el promedio de las personas necesita para todo el día. Lamentablemente, nos acabamos acostumbrando a estas porciones y terminamos prefiriéndolas.
    La tendencia humana es querer más por el mismo precio. Los propietarios de los comercios de alimentación comentan que los clientes "quieren más comida por el dinero que pagan"; cada vez más, los consumidores buscan los establecimientos con base en el tamaño de sus porciones; los clientes consideran una "ventaja" las porciones grandes.
    La condescendencia, tanto de los padres como de los responsables de los menores, y también la del mismo menor, abre el espacio hacia las prácticas que llevan al exceso de peso.
  • Falta de un programa en el ámbito mundial sobre la nutrición dentro de las escuelas. Crece el número de profesionales de la salud que llegan a la siguiente conclusión: hasta ahora, no han funcionado las técnicas para convencer a un obeso de perder peso, colocando la responsabilidad sobre sus hombros y esperando que él cambie de comportamiento. Resulta urgente la necesidad de una variedad de políticas nacionales, gubernamentales y privadas que modifiquen la eficacia de los esfuerzos realizados en favor de los obesos.

Medidas sugerentes (para quienes aman comer, pero no quieren engordar)

Cuando tú escoges alegremente comer cosas saludables, le envías al organismo un mensaje de permiso y cooperación. El proceso de adelgazamiento resulta mentalmente incentivado, en vez de ser bloqueado por el rechazo.

I - Ingiere más:
  • Hortalizas frescas o cocidas al vapor. Sin embargo, sé cuidadoso con los condimentos calóricos (grasosos) y con la sal.
  • Frutas frescas y alimentos realizados con estas. Si bien el concepto popular es de que las frutas hacen engordar, la verdad es muy diferente. Con la excepción de la banana y la palta (aguacate), las calorías de las frutas son, generalmente, menores que las de los alimentos amiláceos (fideos, panes, tortas, galletitas, raíces amiláceas, cereales y harinas) o de los proteicos (carnes, quesos, castañas, huevos, pescados, tartas y horneados proteicos). Y son todavía menores que las de los alimentos azucarados (gaseosas, chocolates, budines, etc.) y mucho menos que las de los alimentos grasosos (frituras, manteca, grasa vegetal, grasa de puerco, chantillí y crema de leche).
    Además, las fibras presentes en las frutas impiden que las calorías entren rápidamente en el torrente sanguíneo, hecho que no sucede con los alimentos que están destituidos del contenido de fibras (dulces, saladitos, panes y fideos refinados, gaseosas, caramelos, chocolates). Si las calorías alcanzan la corriente sanguínea muy rápidamente (como en el caso de los alimentos sin fibra), los mecanismos del organismo se accionan a fin de almacenar las calorías velozmente. De este modo, las células adiposas, que son los reservorios de la gordura en el cuerpo, van ganando más y más volumen, el tamaño del cuerpo va aumentando y las consecuencias se van acumulando.
  • Granos integrales: choclo, trigo para quipe, arroz integral, avena, trigo en grano, centeno, quinua, etc.
  • Al usar vegetales amiláceos (papa, papa china, ñame, mandioca, zapallo, etc.), evita freírlos o agregarles cremas grasosas en la preparación. Prefiérelos cocidos, horneados, ensopados o engrillados.
  • Legumbres de todos los tipos. Prepáralas con tus condimentos predilectos, pero con poco aceite. Los agregados grasosos, tales como tocino, grasa de puerco, panceta o chicharrones, dificultan el proceso digestivo, aumentan grandemente las calorías del alimento, tanto como los factores de riesgo para las enfermedades en general.
II - Ingiere menos o abandona:
  • Alimentos refinados (fideos, galletitas, tortas, panes, saladitos, picantes).
  • Alimentos procesados (embutidos, industrializados, etc.).
  • Alimentos concentrados (grasas, aceites, preparados azucarados).
  • Carnes, productos lácteos no descremados.
  • Alimentos azucarados (para el postre, dale preferencia a las frutas en lugar de los dulces; para beber, prefiere los jugos frescos, el agua de coco, los jugos naturales en vez de las gaseosas y otras bebidas).
    Observaciones: las bebidas alcohólicas, generalmente, son muy calóricas: cada gramo de alcohol provee siete kilocalorías (dos veces más que los carbohidratos). Fíjate en las tablas de los embalajes, a fin de descubrir el tenor de alcohol incorporado en algunas de las bebidas populares. Esta es una de las causas de la actual epidemia de obesidad.
III - Bebe mucha agua durante el día, entre una comida y la otra. Verifica siempre el color de tu orina; sabrás que el agua ingerida es suficiente cuando la orina salga bien clara. Ademas de la limpieza orgánica, este hábito suaviza la voluntad de pellizcar alimentos fuera de las comidas.

IV - Ponte a practicar ejercicios físicos con placer. Algunas personas intentan comer menos para perder peso, pero esto, muchas veces, puede causar angustia. El ejercicio físico aumenta la quema de calorías. De esta manera, ejercitarse más puede disminuir la necesidad de controlar las calorías que ingresan en el organismo. Aquel que realiza más ejercicios físicos gasta más calorías, quedando así menos para llenar las células adiposas. La energía, que antes se acumularía en los indeseables "salvavidas o dobleces de gordura", pasa a ser usada para los movimientos. Este nuevo abordaje representa el aumento de la libertad para comer. Es la recompensa del esfuerzo y la autodisciplina que la persona se impone a sí misma. Haz ejercicios físicos por lo menos cuatro veces por semana. Escoge el ejercicio que mejor te sirva (camina a pasos rápidos, practica natación, entra a un gimnasio, anda en bicicleta, etc.).

V - Mastica muy bien cada bocado. El sabor de la comida se lo percibe por medio de las papilas gustativas que están en la lengua. Ellas envían señales al cerebro, las cuales se van acumulando con cada mensaje enviado, intentando formar el sentimiento de "placer" y darle saciedad. Resulta fácil percibir que el secreto para sentir satisfacción con las comidas sabrosas, sin patinarse con el exceso de calorías, es el de dejarlas bastante tiempo en la boca. De este modo, si tú masticas muy bien cada bocado, la comida se quedará en la boca por más tiempo, aumentando el "placer" que cada bocado te provee; y así llegarás al punto de satisfacción con menor cantidad de alimento.

VI - Si comer el primer dulce te provoca luego a comer una docena, no comas el primero. Resístete al impulso de comer por algunos minutos, y este se debilitará. Evita los momentos o situaciones que lo provoquen.

VII - No adquieras productos problemáticos. El no tenerlos al alcance evitará las tentaciones.

VIII - Procura salir. Cuando el desánimo, la frustración o la soledad llegaren, realiza una caminata, bebe un vaso de agua, lee un libro, borda, llama por teléfono a un amigo, entra en algún trabajo (remunerado o voluntario), inventa alguna distracción saludable.

IX - Regálate con alimentos saludables y atrayentes. Algunos ejemplos podrían ser racimos de uvas o de lichi (mamoncillo chino), helados, o ensaladas coloridas, usando tus opciones predilectas; palmitos, a voluntad; jugos frescos y exóticos; festival colorido de frutas; choclos calentitos o suculentas rebanadas de ananá o sandía; cajús fresquitos, coloridos y heladitos.

X - Pídele ayuda a Dios, pues él te creó para que tengas salud y seas próspero.

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